martes, 6 de diciembre de 2011

Tarta de cumpleaños Navideña



Hoy es el cumpleaños de mi sobrino Cosme, cumple 7 años...¡¡¡casi nada!!!..me dijo que quería un pastel con una casita de gominolas y un muñequito de genjibre....Madre mía!!! yo nunca he hecho una casita de jengibre...pero me puse a ello.
Hice unas galletas de chocolate con unas plantillas para luego montar la casita con glasa a modo de pegamento. Me salió una casita demasiado estrecha y alta....

Tengo que decir que este pastel es un cúmulo de meteduras de pata o pifias cocineras...pero al final ha quedado mono y todo ;-)
Las galletas: me lié al hacer la masa y monté la mantequilla con el azúcar (cosa que nunca se debe hacer para la masa de galletas) y me di cuenta una vez metidas las galletas en el horno...crecieron y crecieron como pequeños bizcochos...puf! pero dentro de lo malo, a mi hija le han encantado estos "bizcogalletas". Y tras la comida en familia,han sido un éxito.
Conseguí salvar unas pocas para hacer la casita y me lié a montarla...cosa rara no se me hundió.
Como no tenía tiempo para hacer las galletas de jengibre , hice un falso muñeco cubriendo una figura de oblea con glasa de colo  marrón, y decorándola con bolitas de azucar (no os recomiendo hacerlo, queda fatal)
Una vez hecha la casita, me cogí al abeto navideño.Lo hice con un cucurucho de helado boca abajo cubierto con glasa de color verde.
 En varios blog he visto un decoración muy graciosa en los cup cakes de un papá noel patas arriba que me hacía mucha gracia y preparé uno así con fondant.
El problema vino al querer hacer el merengue para cubrir la tarta,..mi idea era hacer una especie de paisaje nevado, con mucho volumen....pues no hubo forma de montar las claras. Ayer lo intenté dos veces y no hubo manera... al final cubrí el pastel con el merengue casi liquido(de sabor estaba bueno).
Esta mañana lo he vuelto a intentar otras dos veces con dos recetas diferentes y NO HA HABIDO MANERA,que cabreo!!! al final lo he dejado como estaba ante el riesgo de fastidiarlo mas .
Después de un montón de fallos y mal humor al final la cara de mi sobrino al ver su tarta ha compensado todo.


Esta es la prueba, de que hasta lo que parece que no puede ir peor tiene  arreglo. Y si además el pastel es para un niño/a la recompensa en espectacular.

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